Microsoft está haciendo que Windows 11 sea más inteligente con la incorporación de Copilot, un asistente inteligente que ha generado mucho interés porque representa ese primer paso en el mundo del PC de consumo general para adoptar la IA como algo realmente útil para el usuario, pero no termina de acertar con las actualizaciones para dicho sistema operativo.
La versión 23H2 de Windows 11 está dando problemas que afectan al rendimiento en juegos, y según los usuarios afectados la reducción de rendimiento es tan grande que en algunos juegos la experiencia ha pasado de ser totalmente fluida a convertirse en un desastre lleno de tirones y problemas de stuttering. Otros usuarios hablan de pérdidas de rendimiento más pequeñas pero igualmente perceptibles que rondarían entre un 5% y un 8% con una instalación limpia.
Las comparativas de rendimiento se hacen frente a Windows 11 22H2, la versión anterior de dicho sistema operativo. Según Microsoft, el problema estaría provocado por Microsoft Defender, porque recomiendan realizar un reseteo del mismo utilizando la consola de comandos, reiniciar el PC y activar la virtualización por CPU en la BIOS. Luego hay que abrir seguridad de Windows y activar el aislamiento del núcleo.
Con esto hecho se debe reiniciar el PC, y deben estar activados tanto Hyper-v como la Seguridad Virtualizada. Parece que esto funciona, y que tras aplicar los cambios el rendimiento GPU mejora entre un 3% y un 5%. Estos datos de rendimiento se dan también comparando con los resultados que obtuvo Windows 11 22H2. El rendimiento en CPU se mantiene sin cambios al hacer esos pasos, así que parece algo que influye específicamente en la GPU. Microsoft no ha dicho cuándo tiene pensado lanzar un parche que solucione estos problemas de forma oficial.